Abres los ojos, antes, después o durante la sorpresa de la alarma, estas pensando en café y los pendientes del día, comienza la rutina y asignas prioridades, suceden cosas en tu cabeza y se reflejan en la agenda.

De pronto: “Hola”, el primero del día.  

¿A quién no le ha cambiado el día el saludo de alguién?, ese saludo que te inyecta energía, te hace sonreír y te contagia de buen humor.

¿Eres una persona que irradia optimismo?, ¿Impactas con tu saludo?, ¿Qué pasa cuando el saludo tiene que ser formal? Por ejemplo a un jefe o a un reclutador.

¿Si fueras a ser entrevistado entre varios candidatos, sabrías hacerlo para llamar la atención de tu interlocutor  y ser visto?

El protocolo del saludo tiene muchos detalles que deben ser cuidados, para  que éste sea adecuado, impacte y además funcione como carta de presentación y referente en interacciones futuras.

Y tú, pones atención a tu saludo?

 Practícalo,  hazlo mejor!