Aquí estamos, marzo del 2021, exactamente un año después de habernos confinado por la pandemia que provocó la terrible enfermedad Covid-19, encierro que nos ha llevado a lidiar con muchos sentimientos a la vez.

Quiero expresar mi solidaridad con toda la gente que ha tenido pérdidas, no solo de seres cercanos y amados, sino de trabajo, sueños y la vida como la conocíamos.

Incertidumbre, miedo, hartazgo, desesperación. Leemos textos que dicen que otras generaciones tuvieron que mandar hijos a la guerra y a nosotros solo se nos pide guardarnos en casa, pero ¿quién puede aprender de tiempos y situaciones que no vivimos? En cambio, hoy estamos inmersos en una emergencia sanitaria que estamos experimentando en carne propia, por lo que todos los sentimientos antes descritos son parte de nuestra realidad.

Hice una pausa, la necesitaba. Descansé y cargué pila para regresar a lo que amo, que no es solamente compartir los pantones de colores de temporada o el tipo de zapatos en tendencia, sino los cambios que estamos sufriendo como personas a raíz de este año de encierro.

Cuánto hemos aprendido en el camino y cuánto falta por aprender, pero sobre todo, por entender.

Ya no somos los mismos de antes, y con esto no digo que ya no disfrutemos de la ropa o de la moda, eso es inherente a algunos de nosotros, pero ahora hemos ajustado las prioridades y reaprendido a disfrutar de una linda tarde tranquila con un libro, anhelando estar con los nuestros, además de devorar publicaciones de moda o correr a las tiendas.

Por otro lado, aprendimos nuevas formas de comunicación y convivencia además de compartir nuestro espacio íntimo.

Hemos sido entrevistados por vía remota y trabajado desde casa tratando de conservar el orden físico pero sobre todo el mental.
Y si, aquí estamos un año después, encerrados, pero mas sabios y resilientes, con el reto que significa aprovechar a nuestro favor lo aprendido en la pandemia.

Prometo que mi regreso será con el alma y con todas mis fuerzas, tratando de brindar herramientas útiles para seguir viviendo en esta nueva pero temporal normalidad.

Por lo pronto, a un año de nuestro encierro, les deseo que cada día sea mejor que los anteriores y que este 2021 nos rete y nos enseñe aún más.