Se terminan las campañas y con ellas, meses de intenso trabajo de los candidatos a la Presidencia de México y sus equipos.

El color del traje, la camisa con ajustes apropiados, el estampado de la corbata, los zapatos bien cuidados, en fin, los atuendos completos , cobran gran importancia en estas semanas.

Y el lenguaje no verbal, no se diga, es determinante: qué dicen sus posturas corporales, cómo mueven  sus manos, si hacen contacto visual con el público, su discurso y si logran conectar con el electorado.

Durante este periodo hemos vivido inmersos en un mundo de propuestas y desacuerdos. La mayoría de los ciudadanos tienen ya a su favorito.

Pero independientemente de filias y fobias, una cosa ha quedado clara, los candidatos han demostrado que la imagen cobra mayor importancia durante la época electoral.

Desde 1960 con aquel famoso debate entre el entonces senador John F. Kennedy   y el vicepresidente Richard Nixon, quedó demostrado que  “imagen es percepción” y que ya no es suficiente un buen discurso y un puñado de propuestas, ahora también es necesario convencer con la vestimenta, miradas, tono de voz, sonrisas sinceras, ademanes correctos.

Ahora es imperativo no sólo “ser” sino “parecer”.

entrevista en CNN/Expansión